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Abracadabra

Un amigo empresario me dijo una vez que hoy en día, para que un negocio fuera bien, había que hacer casi todo bien pero que, sin embargo, aun haciéndolo todo bien, podía ir mal. No me cabe duda de que tenía razón, es más, me parece que es aplicable a innumerables aspectos de la vida que podrían ir desde las relaciones sexuales a la salud, puedes dejar volar tu imaginación y seguir buscando ejemplos, pero yo me quedaré con lo que suele tocar y diré que en la publicidad esa posibilidad con visos de Ley de Murphy, encaja como anillo al dedo.
Las cosas importantes de la vida
Advierto que voy a empezar moviéndome en un terreno de psicología barata. Te invito a que reflexionemos juntos sobre qué es realmente lo más importante en la vida. Está claro que es una pregunta muy subjetiva. Que dependerá de la fase vital en la que se encuentre cada uno. Pero estoy seguro de que nos podemos poner de acuerdo.
Voy a guglear «Las cosas importantes de la vida». Ahora vengo.
Ya está. Entre muchas entradas de blogs de motivación de chichinabo, aparece un enlace a la conocida pieza de Cristina y Los Stop, Tres cosas hay en la vida. Hagámosle caso. De acuerdo. Me vale para el tema del artículo. Lo más importante en la vida es la salud, el dinero y el amor.
Aquí viene mi segunda pregunta. Que no es para vosotros. Es para los señores de Albal: ¿Qué nos queréis decir en vuestro nuevo spot para vender papel film con el claim «Para lo que más te importa»?
https://www.youtube.com/watch?v=gk02hAYC2t4
Pensemos en lo que más le importa a Los Stop y vayamos parte por parte: El dinero. En ese caso el target de vuestra publicidad se reduciría a personas que tienen que envolver fardos de billetes. Los narcos, por ejemplo. O mejor aún, los políticos. El amor. Y puede que entonces me estéis invitando a que envuelva a mi pareja desnuda con papel film, lo grabe con el móvil y lo suba a la deep web.Nike Pas Cher Homme Y con la salud ya me pierdo. O lo que se me ocurre no generaría una imagen mental muy agradable.

O puede que por el contrario nos estéis diciendo que nos dejemos de tonterías.Nike Pas Cher france Que una fuente de macarrones o un huevo poché es lo realmente importante. Mucho más que el amor a mis hijos, pagar el alquiler o mi próximo reconocimiento médico.
Nota: Este artículo ha sido publicado en el número de octubre de 2018 de la Revista Üalà.
Psicología inversa o psicología perversa

Que a los publicistas nos gusta intentar jugar con la mente del prójimo no es ninguna novedad. Queremos creer que tenemos cierto poder. De algún modo, aunque sea usando la psicología inversa (si hablamos en plan los Simpson) o la reactancia, si nos queremos poner sesudos.
El caso es que, de vez en cuando, nos da por probar a pedir lo contrario de lo que perseguimos a ver si suena la flauta.yamaha fairings, De ahí los típicos “NO LEA ESTO” o “NO COMPRE AQUÍ” aunque, a veces, esa estrategia pueda dar mucho más de sí.
https://vimeo.com/276869478

Con similar carga de ironía, pero con muchísima más mala leche, se ha lanzado la campaña “balconing is fun”, con la que se pretende luchar contra la “gentrificación”. Si no conocías este último palabro, Suzuki Fairings,vale la pena que le eches una ojeada para entender los objetivos de esta descarada (y descarnada) acción promovida por los autodenominados Comités de autodefensa contra el barricidio.Que su forma de perseguir sus objetivos forme parte de un ejercicio humorístico o de un maquiavelismo perverso es una cuestión relativa.
Nota: Este artículo ha sido publicado en el número de septiembre de 2018 de la Revista Üalà.
Guerrilla colombiana de andar por casa

La guerrilla, colombiana o no, siempre ha combatido utilizando planteamientos estratégicos y tácticos distintos a los ejércitos tradicionales, al contar con menos medios materiales y humanos. Así, el marketing de guerrilla permite a los anunciantes, con altas dosis de atrevimiento, ingenio y oportunismo, llegar al público de manera eficaz con costes más reducidos que usando los medios convencionales. En los últimos años, este tipo de acciones han aprovechado las redes sociales facilitando su difusión viral.

Recientemente conocimos, a través de Strambotic, un caso que ejemplifica perfectamente la publicidad de guerrilla. En primer lugar apareció en Villagarcía de Arosa una valla donde se leía: “Lo mejor de Colombia entra por aquí”. Siguiendo la estela de Netflix y sus lonas en edificios para la serie Narcos, la campaña local tuvo bastante repercusión en medios y alcanzó a 150.000 personas según La Voz de Galicia.
Tres meses después, en plena calle, apareció un alijo de 117 paquetes de aspecto muy sospechoso, con la leyenda “Lo mejor de Colombia también entra por Pontevedra” y una pancarta que hablaba de la “Operación kilo”, como puede verse en la foto. En un montón pequeño, al margen del alijo principal, se destinaba el 3% a Bea, supuestamente en referencia al exalcalde que consiguió el secuestro del libro Fariña. No sabemos si pasó a recogerlo.

Evidentemente la campaña hace referencia a la segunda sustancia excitante más famosa de Colombia, el café, y más concretamente a un coffee corner, propiedad de Marcos Ramos, cuya marca Tu café está alcanzando grandes cotas de popularidad en las dos poblaciones donde, de momento, se asienta.
Gente norMAL
En su artículo del mes pasado, ese lacónico ninja de la comunicación que es Jesús Orbea señalaba la creciente tendencia del sector publicitario a emplear “gente corriente©” en sus campañas. Y cómo por lo general nos incomoda ver a esa gente “tan normal” como prescriptores de nuestros propios deseos.

Pues bien, yo vengo a escribir de algo que me inquieta aún más: las familias normales de pega. El asunto viene a tenor del spot central de la nueva campaña de Mapfre “Para Familias de verdad, Seguros de verdad”. La pieza empieza lamentándose de las “familias perfectas de las películas” para pasar a continuación a presentarnos a una “familia de verdad”. Solo que no lo es en absoluto.
https://www.youtube.com/watch?v=8r2WT6OgZeQ
Las familias normales no sonríen al unísono mientras pasean por La Moraleja. Las niñas pequeñas no acostumbran a mancharse estratégicamente de pintura mientras desperdigan las plumas de las almohadas.

Los adolescentes no se visten como el capitán del equipo de rugby de una universidad americana. Y los niños no suelen ir a clase de karate disfrazados de rana “porque se te ha roto la lavadora”. No.
Imagino que los responsables de la campaña han tratado de tirar de simpatía y mitigar esa “normalidad” que, según Jesús Orbea, tanto nos chirría en la publicidad. El problema es que la mayor parte de la población somos “gente de verdad”. Sabemos EXACTAMENTE lo que nos identifica. Lo que solemos hacer y lo que no.
Vamos: que este spot es un poco como pasarle un paquete de sacarina a Sito Miñanco y decirle que es coca.
El peligro de la gente corriente
Hace más de diez años, la marca de cosmética Dove apostó por una línea estratégica atrevida: la belleza real. Este insight se basó en un estudio científico que se podría resumir diciendo que apenas un 2% de las mujeres encuestadas se consideraba bella. La culpa de esta baja autoestima era achacable a los medios de comunicación en general y al arquetipo de belleza difundido. La propuesta ha calado más como un nuevo tópico en la sociedad que entre los anunciantes.
Hace algunas semanas guaseábamos en el grupo de Facebook de eh!Ratas sobre el anuncio de compramostucoche.es y el aspecto de los personajes de su testimonial hecho con gente corriente. Nos choca su manera de vestir, sus voces, su forma de dirigirse al espectador, por no entrar en cuestiones técnicas como el odioso chroma-key.
La publicidad recurre en contadas ocasiones a la gente corriente y las más de las veces lo hace para que sirva de contrapunto a las virtudes que propone el anunciante: el enfermo de gripe, la persona que desprende olor corporal, el antipático, la suegra o el aguafiestas.
https://youtu.be/SQrEQgXKoVE
Parece que no nos gusta ver al vecino de enfrente como prescriptor de un deseo, mi deseo. Yo no quiero ser como él; quiero soñar con ser otro mejor, más guapo, más joven y más triunfador. La publicidad y el deseo comparten lenguaje y este lenguaje es con el que se construyen los sueños.
Como sesudamente explica el psicólogo Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía, los políticos y los publicistas se dirigen al llamado sistema 1 del cerebro, preparado para creer, no para dudar.
Pedos de inflexión, ¿pedos con perdón?

Hay momentos en la vida que se convierten en un punto y aparte. Momentos que quedan grabados en la memoria como el ruido de ese portazo que, según Sabina, sonó como un signo de interrogación. Sin embargo, el sonido que producen no siempre es tan contundente y eso lo sabe mejor que nadie Szilard Horvath, hombre del tiempo que ha sido despedido de la TV2 de Hungría por sus ventosidades (eso sí, simuladas) en directo. Debió creer que el sonido de pedos como metáfora del viento, iba a divertir a su audiencia. No podemos descartarlo, pero es evidente que, en sus predicciones, no se veía en la calle como acabó. Afirma estar desolado y buscando trabajo, esperemos que los húngaros sepan perdonar su pedorro sentido del humor.

Más de cerca nos tocan los pedos de Simón Pérez y Silvia Charro, estos no eran de los atronadores, sino de los que se vislumbran por el lenguaje no verbal y por la ininteligibilidad del verbal, especialmente en el caso de Silvia. Para el que no haya pasado por una de las 3 millones de visualizaciones de su hit, aclararemos que es una pareja (profesional y personal) de expertos que alababan las hipotecas con tipo fijo en un vídeo en el que aparecen con evidentes signos de algún tipo de intoxicación por estupefacientes. Dicho así, no parece como para tirar cohetes, pero que hayan sido despedidos y el alcance que han tenido, puede ayudar a entender el estado en el que estaban. Ellos dicen que lo hicieron aposta, que emulaban a personajes de ‘El lobo de Wall Street’, pero que queda por ver hasta qué punto estamos dispuestos a perdonar los españoles. De momento, ya se están paseando por platós televisivos (incluyendo el de ‘Sábado Deluxe‘) y un ‘clamor’ pedía en Change.org que dieran las campanadas. Cuando se publiquen estas líneas ya se sabrá si esa propuesta tuvo alguna clase de eco, pero lo que sí está claro es que los españoles sabemos perdonar a base de bien. Que se lo digan a Rajoy.
Burros grandes

Hubo un tiempo en el que la publicidad se enorgullecía de ser esa disciplina capaz de contar grandes historias en poco más de 20 segundos.
Hoy, en la época del branded content y el storytelling transmedia la cosa empieza a no estar tan clara. De un tiempo a esta parte ciertas marcas, quizá obsesionadas por alimentar las redes, (ese estómago digital permanentemente hambriento de contenido) se han venido arriba produciendo costosísimos cortometrajes (o incluso series de ellos).
Tenemos el mediterráneo artificial de Estrella Damm featuring unos Dakota Johnson, Jean Reno & Peter Dinklage con permanente rictus de despiste. También a Amstel obligando a Asier Etxeandía y Miriam Giovanelli a participar en una serie de átonos equívocos autonómicos, a Adriana Ugarte embarcada en su propio “Black Mirror” o los esfuerzos anuales de “Cinergía”, amén del discretísimo retorno de la pionera campaña “BMW Films”. ¡Hasta los yogures griegos Oikos tienen su propio corto!

Y ahora, por si éramos pocos, parió Doña Manolita. La Lotería de Navidad nos casca 20 azucarados y alienígenas minutazos.
¿Qué porcentaje de estos esfuerzos acaban por justificar su metraje contando una historia de verdadero interés,Nike Pas Cher Homme, capaz de mantener el interés y competir en un entorno saturado de (muy buena) ficción episódica?
¿Nos encontramos ante una burbuja? Nike Pas Cher France, De ser así, ¿estallará? ¿O acabaremos teniendo que levantar Adflix: una plataforma gratuita de streaming donde las marcas puedan estrenar de manera centralizada sus “burros grandes”, anden o no anden?
El sexo vende
Nos ruborizamos, nos sube la tensión arterial, la temperatura y, por supuesto, nos acelera la respiración. Toda respuesta fisiológica es poca ante cualquier reclamo que excite algo más que nuestros sentidos. Cuando somos presos de la llamada carnal, cualquier otro aspecto pasa a un segundo plano. Pero tranquilos, no voy a transformar esta columna en una fiesta tuppersex. Hoy os hablaré de productos con namings fuera de contexto y campañas publicitarias que rozan lo porno… Sí, amigos, en pleno veranito toca hablar de #ehsubidasdetono.
Por los corrales roedores han pasado ya perlas como el vino “Follador”, las exquisitas “Pollas en vinagre (para el tito Bush)” o el aceite mexicano “Capullo”.

Pero el sexo femenino también ha tenido lo suyo, y nuestros cazadores han encontrado perlas como la Sangría puertorriqueña “Coño”, el dulce de leche argentino “La concha (como el de tu madre)“, o los “Chochitos ricos”, con Denominación de Origen Cantabria.

Pero mis favoritos, tanto por lo acertado de su naming como por su estilo desenfadado, son las conservas “Potorro”, que lo petan en Facebook con mensajes tan redondos como lo que siguen:
“El buen amigo es el que comparte contigo un manjar como es un Potorro con sabor… ¡a higo!”.

Con mucho menos sentido del humor han recibido los vecinos de Torre del Mar (Málaga) que les plantaran un higo delante de su puerta. Y es que, a pesar de haber sido retirada de las calles, la campaña de “Comeme to er higo” sigue luciendo provocación y mal gusto a partes iguales en Internet… y ahora también por el aire.

Este teaser sigue dando mucho que hablar en los medios, pero ahí sigue su web activa con una cuenta atrás sin soltar prenda. Incluso han retrasado ya varias veces su fecha de publicación. ¿Demasiado ruido para tan pocas nueces?
Nota: Este artículo ha sido publicado en el número de agosto de 2017 de la Revista Üalà.