Con señas de identidad tan indignas como haber hecho esperar a Hitler, bien podemos encontrar otras mejores

No es un ámbito en el que estén en peligro de extinción, como en el de los programas de mensajería instantánea, pero aun así asusta el triple desequilibrio cuántico de casos como el adjunto.Quiero pensar que la falta de signos de apertura en las pantallas de nuestros dispositivos móviles es culpa de la influencia anglosajona y la penosa adaptación de los iOS, androids y otros sistemas a nuestra lengua, que suelen poner más a mano los signos de cierre que los de apertura cuando, en castellano, lo lógico es que fuera al revés, ya que (como en las comillas y otros signos) no tiene mucho sentido que aparezca el de cierre si no se ha puesto antes uno de apertura. Vale que impliquen teclear más y me da igual si es una batalla perdida, no pienso renunciar a ellos. ¡Son mis signos! ¿Son nuestros signos?
1) Este artículo ha sido publicado en el número de agosto de 2015 de la Revista Üalà.
2) La imagen que acompaña estas líneas apareció por primera vez en nuestro grupo de Facebook incluida por Empo Yomismo Oseayo, aunque por unos días atribuí el mérito a Laura Gé.